viernes, 30 de mayo de 2008


Día de campo

Quizás haya llegado mi hora
así que voy a tirarme en el pasto
a descansar
a esperar
quizás suceda
lo que anhelo tanto
si me siento en el pasto durante un rato largo
si me siento y descanso y espero, tirado, esperando
quizás se pueda disfrutar del sol
del calor
si por una vez disfruto tranquilo porque me siento, buscando
quizás tenga
lo que siempre quise
o quizás
sólo haya llegado mi hora.
MK
(Homenaje)

Evita Capitana


Un 7 de mayo de 1919, nació en Los Toldos. La precedían cuatro hermanos: Elisa, Blanca, Juan y Erminda. Su padre, había llegado allí a comienzos de siglo y había arrendado el campo de La Unión, con ánimo de prosperar. Hombre con gran prestigio entre los conservadores del momento, patrón de estancia y típico puntero.
El ofrecimiento de administrar campos en la localidad vecina de Quiroga hizo que se trasladaran allí, donde sólo permanecerían un año. Como Quiroga no ofreció las posibilidades esperadas, regresaron a Los Toldos. La situación se agravó y el hombre fallece el 8 de enero de 1926 como consecuencia de un accidente automovilístico en Chivilcoy. A partir de entonces, el problema de la subsistencia se convirtió en una lucha que día a día tomaba nuevas formas.
A los ocho años, Eva comenzaba la escuela primaria, en 3º grado comenzó a destacarse por su afición a declamar poesías. Esta vocación temprana crecía al amparo del cine de su pueblo, de las audiciones radiales y de las colecciones de fotos de artistas. Era el momento de plantearse la primera elección: ¿ser una chica pueblerina?, ¿ser maestra como Blanca?, ¿emplearse como Elisa? En 1935 Eva tenía clara la respuesta: ser actriz.
Fue una más de los muchos provincianos que, por esos años, llegaban a la gran ciudad. Eran épocas de miseria, desocupación y hambre en un país que figuraba entre los primeros productores de alimentos del mundo. El proceso de industrialización que se iniciaba en los primeros años de la década absorbió la mano de obra que llegaba del interior, empujada por la crisis. Inmersa en esta realidad, Eva consagró durante diez años su pasión por el arte. Realizó incursiones en el ámbito publicitario y en los medios gráficos del momento. Para tener un papel importante en cine debió esperar hasta 1944, cuando actuó en "La Cabalgata del Circo".
Cuando Eva actriz bajó del escenario radial, su “otro yo” ocupó su lugar. Su voz siguió llegando a todos los hogares, pero ya no encarnando a otras mujeres, sino a ella misma. Asumió un compromiso con una causa y con un hombre.
El 15 de enero de 1944 un terremoto destruyó la ciudad de San Juan. Murieron 7 mil personas y quedaron 12 mil heridos. Desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, se organizó una movilización nacional a la que fueron invitados los artistas más populares. Eva participó de la colecta por los damnificados. El 22 de enero se realizó un gran festival en el Luna Park a beneficio de las víctimas del terremoto. Eva y el coronel comenzaron una relación que legitimaron socialmente en una función de gala del Teatro Colón. El 6 de mayo de ese mismo año Eva había sido elegida presidente de la Agrupación Radial Argentina, entidad de propósitos solidarios y gremiales de la que fue fundadora en 1943. La presencia de Eva y el lugar que le había otorgado aquel hombre fueron un blanco para los propios camaradas de armas. Si el coronel era un hombre atípico, la mujer que estaba a su lado lo era aún más.
El 13 de octubre de 1945 un sector de la oficialidad logró imponer la renuncia de Perón a todos sus cargos. Fue detenido y trasladado a Martín García. En la madrugada del 17 de octubre los obreros comenzaron a abandonar sus lugares de trabajo y se volcaron a la Plaza de Mayo: exigían la presencia del coronel. Por la noche Perón se asomó al balcón de la Casa Rosada y anunció la convocatoria a elecciones. Por primera vez, la esposa de un candidato lo acompañaba. Estaba junto a él en los actos, repartía escudos partidarios, tenía contacto directo con la gente… Se perfilaba otra mujer: Eva entraba decididamente en la política.
Tras la asunción de Perón, Eva se instaló en el cuarto piso del palacio de Correos y Telecomunicaciones, donde comenzó a atender a las delegaciones obreras que solicitaban su intervención para obtener mejoras o su colaboración en la solución de problemas gremiales. Comenzó también a recibir a los necesitados y a ocuparse de sus urgencias. Prestaba apoyo a la política gubernamental, dirigiéndose con especial atención a un sector al que hasta entonces no se le había hablado: las mujeres del país, anunciándoles nuevas medidas gubernamentales. Las visitas a las fábricas y las recorridas por los barrios pobres la ponían en contacto con el pueblo y sus necesidades.
Con el correr de los años su actividad se tornaría cada vez más intensa y sus jornadas, interminables. Comenzaba por la mañana, atendiendo los casos más urgentes en la Residencia y se trasladaba luego a la Secretaría, donde recibía a los humildes y a los gremios. Si las entrevistas eran interrumpidas para cumplir con la asistencia a alguna recepción, homenaje, visita o acto protocolar, la gente se quedaba esperando su regreso. Ella volvía y no partía hasta que todos hubieran sido atendidos.
Eva emprendió una campaña para avalar el sufragio femenino desde distintos lugares: con los legisladores, con las delegaciones que la visitaban, con las mujeres nucleadas en los centros cívicos, a través de la radio y de la prensa. El mensaje iba dirigido a un conglomerado femenino extenso. “Ha llegado la hora de la mujer que comparte una causa pública y ha muerto la hora de la mujer como valor inerte y numérico dentro de la sociedad. Ha llegado la hora de la mujer que piensa, juzga, rechaza o acepta, y ha muerto la hora de la mujer que asiste, atada e impotente, a la caprichosa elaboración política de los destinos de su país, que es, en definitiva, el destino de su hogar. Ha llegado la hora de la mujer argentina, íntegramente mujer en el goce paralelo de deberes y derechos comunes a todo ser humano que trabaja, y ha muerto la hora de la mujer compañera ocasional y colaboradora ínfima. Ha llegado, en síntesis, la hora de la mujer argentina redimida del tutelaje social, y ha muerto la hora de la mujer relegada a la más precaria tangencia con el verdadero mundo dinámico de la vida moderna.".Las mujeres pasaron a desempeñar un papel activo: se publicaron manifiestos y grupos de obreras salieron a las calles a pegar carteles en reclamo por la ley. Centros e instituciones femeninas emitieron declaraciones de adhesión. Las mujeres reconocían en Eva a su portavoz. El 23 de septiembre, en medio de un gigantesco acto cívico en Plaza de Mayo, se promulgó la ley.
Los años de apogeo del poder de “la abanderada de los humildes” rondan el 50 y el 51. Son también los años que la enfrentarían con la enfermedad y su última elección: ¿ser vicepresidenta de la Nación?.
El 22 de agosto una multitudinaria concentración en la Avenida 9 de Julio, reiteró el pedido de aceptación: fue el Cabildo Abierto del Justicialismo. Eva se dirigió a la multitud, pero eludió en su discurso la respuesta, reclamaba tiempo para tomar la decisión.El 31 de agosto, renunció por la cadena nacional de radiodifusión, con las siguientes palabras apagadas y graves: "...Quiero comunicar al pueblo argentino mi decisión irrevocable y definitiva de renunciar al honor con que los trabajadores y el pueblo de mi patria quisieron honrarme en el histórico Cabildo Abierto del 22 de agosto...". El cáncer ya se había derramado en metástasis por todo el cuerpo.
El 26 de julio comenzó normalmente, pero a las 10 Evita entró en un sopor del que ya no saldría. El lecho fue rodeado por todos sus hermanos y sus más allegados colaboradores. A las 20 y 23 el médico informó: "No hay pulso".
“Cumple la Secretaría de Informaciones de la Presidencia de la Nación el penosísimo deber de informar al pueblo de la República que a las 20.25 horas ha fallecido la Señora Eva Perón, Jefa Espiritual de la Nación”
Se decretó un duelo de 72 horas y en las plazas de todos los barrios porteños se erigieron pequeños altares con la imagen de Eva y un crespón negro recordándola. “Nuestra líder espiritual ha muerto”. El día 27 su cuerpo se trasladó al Ministerio de Trabajo y Previsión. El multitudinario velatorio se prolongó hasta el 9 de agosto. La cola era de aproximadamente 35 cuadras.
Eva heroína, Eva mito, los abandonó: “Mis descamisados, yo quisiera decirles muchas cosas, pero los médicos me han prohibido hablar. Yo les dejo mi corazón y les digo que estoy segura, como es mi deseo, que pronto estaré en la lucha, con más fuerza y más amor, para luchar por este pueblo al que tanto amo,... Pero si no llegara a estar por mi salud, sigan fieles como hasta ahora, porque eso es estar con la Patria y con ustedes mismos...".

jueves, 29 de mayo de 2008

BoluHeroe

Batata era indudablemente el símbolo del barrio de Florida, era querido por grandes y chicos. A lo largo del tiempo había demostrado su fortaleza y su poderío siempre en vías de defender a su tierra natal. Entre sus logros más recordados se hallaban los años de lucha frente los Menemeus Riojanus, aquellas aves de rapiña que engañaron a la sociedad ofreciendo a los habitantes un equipamiento tecnológico de sus viviendas por un costo ínfimo a base de instrumentos que ellos mismos traerían volando de las ciudades más importantes y ricas. Batata nunca confió en estas promesas y no estuvo errado ya que a los pocos meses comenzaron a llegar algunos de los elementos prometidos como también llegaron miembros de estas sociedades ricas, los pilaranos que a base de sumas muy bajas y exceso de convencimiento pretendían apropiarse de pedazos de tierra céntricos. Larga fue la lucha pero finalmente Batata y su filosa hacha lograron desterrar a los Menemeus Riojanus y así reforzar el respeto que todos le otorgaban. Otro de los momentos recordados entre los habitantes fue aquella lucha contra los pequeños monstruitos narigones, los Delaruis que intentaron inmersos por distintas partes de la cuidad hipnotizar a los habitantes para así dominarlos. Su método era el de mediante el habla lenta y la falta de entendimiento que parecían tener ante cualquier situación, confundir a los habitantes para así someterlos a su dictadura. Una vez más, el consagrado Batata se alzó entre los grandes y con hacha en mano decapitó a todo Delaruis que se cruzara en su camino sin intercambiar apenas una palabra para no caer en su juego. Una vez más, Batata logró proteger a su pueblo de los intrusos que día a día buscaban la forma de conquistarlos. Florida era un pueblo muy precioso, sin malhechores ya que Batata se ocupaba de ellos, poco ruidoso y por sobre todas las cosas, con un suelo muy fértil, motivo por el cual, casi constantemente era invadido, aunque casi todos los invasores terminaban por morir en el intento.



A pesar de todo, los últimos tiempos habían sido sospechosamente tranquilos, Casi no había habitantes nuevos y aquellos que llegaban no demostraban ningún tipo de intenciones más que disfrutar de la tranquilidad y la belleza de Florida. Sin embargo había algo que preocupaba a Batata y era el exceso de ausencia de sus vecinos, los cuales históricamente intentaron apropiarse de su ciudad. Ellos eran los Kirchnesaurios, quienes ya tenían bajo su dominio a Olivos, el barrio vecino a Florida y otro de los pretendidos por todas las sociedades existentes. No pasaban más de dos meses antes de que se repitiese otro acecho por parte de los Kirchnesaurios buscando apropiarse así de todo el sector norte de la provincia. Uno de los atributos de Batata era ese poder de intuición que siempre lo había caracterizado a lo largo de su vida y una vez más no se equivocaría. Una tarde mientras afilaba su poderosa hacha, su madre Vilmacides llegó para comentarle que su hermana y su amada no se encontraban en la ciudad. Ambas habían salido juntas hacía algunas horas para que su cría de dragón comenzara a conocer la ciudad, pero no regresaban aún y nadie las había vuelto a ver. Fue allí cuando Batata se tomo unos minutos para pensar, y no dudo en que sus vecinos estarían involucrados en esto. Fue en ese preciso momento que se evacuaron las dudas ya que desde las alturas, la mayor de las mujeres de la familia Kirchnesaurio, Kristinades, descendió de las alturas a gran velocidad sonriendo como si tuviese algo entre manos.-¿Dónde están mis mujeres? No tardó en preguntar Batata
-Ellas están a salvo joven, no preocupéis. Seré concreta en esta oportunidad y si te comportáis como debes no habrá ningún problema.
-¿Qué pretendes de mi Kristinades?
-Si quieres recuperar tus mujeres solo deberás pasar un obstáculo. Deberás ir de a pié hasta la tenebrosa ciudad de Boulognedus y allí estará esperándote nuestro mejor hombre con vuestras dos


mujeres. Si lo vences y vuelves con vida, os prometo no volver a intentar poseer esta tierra ni volvéis a molestaros. De lo contrario, Florida será por siempre mía y solo mía.
-Yo haré lo que vosotros pedís, pero cuando este de regreso aquí no quiero verte nunca mas en las cercanías de mi Florida querida. ¿Entendiste Kristinades? Gritó Batata
-Jamás volverás, replicó Kristinades y desapareció mágicamente, tal cual lo hizo cuando logró el mandato de su ciudad.
Batata no tardó en recoger su escudo y su hacha, y algunas cuchillas aunque estaría seguro que no las necesitaría. Llamó a cubidos, su perro de tres cabezas y comenzó su larga caminata. Su viaje hasta la cuidad la ciudad de Boulognedus no era realmente largo en kilómetros, pero no sería tranquilo ya que en el camino debería enfrentarse con las especies salvajes que habitaban las otras ciudades, como también con alguna criatura que seguramente Kristinades le enviaría para detenerlo. Nada de esto importaba para Batata que siguió camino. Enfrentó una gran tormenta durante el primer día que lo obligo a detener debajo de un plátano, Cuando los fuertes vientos calmaron y las ramas de los árboles dejaron de volar como cuchillas asesinas producto de los fuertes vientos, Batata continuó con su caminata que al poco tiempo se vio interrumpida por una señora muy anciana que estaba acostada en el piso y le pedía por favor que la ayude que estaba muy dolorida. Batata se acerco sin dudarlo y antes de poder tomarla del brazo recibió un zarpazo que lo revoleo unos cuantos metros. No había ninguna anciana, allí estaba el conocido D´eliados, uno de los soldados de los Kirchnesaurios que había tomado la forma de la anciana para poder detener a Batata. Nuevamente de pie y con hacha en mano, Batata comenzó con la primera batalla, esquivando los pollos de fuego que desde la barriga le escupía D´eliados sin cesar. Comenzó a correr a lo largo del territorio, esquivando pollos y tratando de esconderse de la bestia que dado a su


gigantesco porte y peso, no podía virar para seguirlo. Ubicado por debajo de una planta de naranjos, optó por lanzarle uno a la criatura que seguramente no lo desmayaría pero si lo distraería cuando intentara pelarlo para deglutirlo como todo lo que se hacia a su paso. No pasó un minuto hasta que la bestia se sentara a pelar el naranjo tal cual Batata lo había planeado, y fue ahí cuando silenciosamente y desde atrás, nuestro héroe insertó en la cabeza de la bestia su hacha y así concluyo con el primer obstáculo de si viaje.
No había descanso para Batata que continuó caminando día y noche, guiado solamente por la luna y durmiendo tan solo unos minutos por cada dos o tres días.
Mientras tanto en Florida, Kristinades había decidido no enviar más de sus soldados a interponerse en el trazo que le faltaba recorrer a Batata. Estaba segura que su carta de triunfo no fallaría una vez enfrentados en Boulognedus. Su carta de triunfo era Nestoras, una criatura de 3 metros de alto, claramente bizca que cuando se movía roseaba con su baba de fuego todo lo que estaba a su alcance. Su nariz filosa liquidaba a sus presas y su fealdad molestaba la vista de cualquier contrincante. Esta bestia, producto de un hechizo de la hija menor de los Kirchnesaurios estaba a la dulce esperaba de Batata para terminar con él y así lograr el tan esperado dominio de toda la franja norteña.
La llegada de Batata no se hizo esperar, minutos antes de cumplirse los 4 días de viaje, en la oscuridad de la noche de Boulognedus, el joven arrib y no tardó en divisar a su esposa y a su hermana, atadas a una enorme palmera.
-¡Por fin! Había comenzado a pensar que habías muerto en el camino. Exclamó Nestoras arrojando su fogosa baba.
-Te equivocas nuevamente, aquí estoy para enfrentarte. En ese mismo momento, saco su filosa hacha y revoleo una de sus cuchillas en perfecta dirección a la cara del gigante quien detuvo la cuchilla con la nariz y la devoró como quien devora una miga sobre la mesa.
-¿Así piensas derrotarme Batata podrida? Prepárate a morir, exclamo Nestoras y allí se dio comienzo a la batalla quizás más importante en la vida de nuestro héroe.
Mientras babas de fuego y cuchillos volaban en todas direcciones, todos en Florida estaban reunidos en la plaza principal junto con el brujo de la ciudad quien iba relatando lo que ocurría en el lejano Boulognedus. Los síntomas no eran alentadores para Batata quien estaba gravemente herido por distintas partes del cuerpo y altamente quemado, así que decidió con la poca fuerza que le quedaba repetir la maniobra que había dado sus frutos en el combate con D´eliados y se oculto esta vez detrás de una palmera para pensar que hacer. Físicamente era imposible que Batata triunfara, debía ocurrírsele algo rápidamente para vencer a Nestoras sino todo estaría acabado. Una sola forma encontró el para terminar con este ser, y esta vez no sería su fuerza bruta sino su astucia lo que únicamente lo podía salvar. A fuerza de saliva sacó brillo a su hacha con un trozo de tela que era lo que quedaba de su vestimenta. Frotó y frotó lo mas que pudo ya que Nestoras se acercaba a pasos agigantados, Cuando se encontró en peligro se trasladó hasta otro sitio y se ubico por detrás de la bestia que no cesaba su búsqueda. Un instante lo separaba de la hazaña y no dudo, no había otra salida. Ubicó su hacha en frente de su cara y gritó lo más fuerte que pudo:
-Aquí estoy Nestoras.
La bestia giró y todo ocurrió como Batata lo planeó. El espejismo producido por el hacha permitió que la bestia pudiese verse, y tal fue el susto que le produjo que quedo seco. Tan solo un soplido bastó para tumbar a Nestoras cuyo corazón no soportó semejante espectáculo y así murió.



Todo parecía haber finalizado. Ya liberadas las mujeres, los tres caminaban de regreso a Florida disfrutando volver a estar juntos hasta que sorpresivamente Batata detuvo su marcha y se tomó el estomago, gritando de dolor. Su mujer y hermana lo consolaban pero este no mejoraba y minuto a minuto comenzaba a perder color. En un segundo el cielo se oscureció por completo y las nubes blancas se acomodaron para formar una frase que todos alcanzaron a leer:
EL HEROE HA LLEGADO A SU META NO GRACIAS A HABERSE SOMETIDO A TODAS LAS PRUEBAS SINO POR MEDIO DE LA VIOLENCIA O LA SUERTE Y LAS FUERZAS QUE HA DESEQUILIBRADO REACCIONAN DURAMENTE Y LO CASTIGAN DE FORMA EXTERNA O INTERNA.

H.M

Río Arriba


Muchas cosas deja el documental, y muchas son las cosas que uno tiene ganas de decir. Ulises de la Orden es su realizador, y además protagonista, quiere conocer “su historia personal”, tal vez para comprender la verdadera historia. Por detrás de las imágenes aparece su voz en off, al estilo Pino Solanas o el “otro” Gastón Pauls, que por momentos es redundante.
Comienza con una presentación del bisabuelo de Ulises que era contratista de un ingenio azucarero en San Isidro, Salta. Describe la biografía de este personaje como un inmigrante, que “llega sin nada”, y que a costa de su esfuerzo, logra llevar adelante el ingenio del azúcar más importante de la zona.
Ulises emprende su viaje, llega a Salta, conversa con familiares, que se refieren al ingenio y a los “indios”. Recorre la quebrada del río Iruya, y a través de los pobladores se entera de los motivos que produjeron la erosión de las antiguas terrazas de cultivo, donde los pobladores eran llevados a trabajar a la zafra, con sistemas de contratación esclavista. Muestra cómo a principios del siglo XX, las extensiones de tierras que se vendían incluían a las comunidades allí asentadas, y eran obligadas a trabajar para patrones que decidían sobre sus vidas.
El documental de Ulises de la Orden recibió numerosos premios en festivales de Toronto, Buenos Aires y Jujuy.
La fotografía es imponente, durante todo el recorrido por los paisajes de Iruya, la filmación de los “volcanes”, el relato pausado de los “iruyanos”, la música de fondo de Ricardo Vilca, descendiente de una de las principales familias del imperio Inca, sin ser este un dato menor para lo que trata de expresar la película.
Este conjunto de imágenes, de personajes y de relatos, da pie al creador para desarrollar su mirada acerca del progreso, el papel del trabajo agro-industrial sobre una comunidad que mantenía sus técnicas de producción primitivas, los efectos del abandono de los cultivos tradicionales sobre la auténtica hecatombe de los “volcanes”, forman parte de las convicciones personales del director que las desarrolla sin querer parecer un experto. Es simplemente un viajero, que intenta comprender su propia “historia personal”, a través de los ojos de los pobladores de Iruya, de su vida, sus creencias, su cultura, su pasado, su vida cotidiana, y así comprender él, un poco más de nuestra historia, que nos involucra a todos, aunque le pese a muchos.
Creo que el documental “habla” mucho de nuestra mirada sobre “el otro”, de la estigmatización hacía lo que no se conoce, o no nos gusta, de la falta de respeto a las costumbres, a la vida diversa, a lo distinto. Del despojo, el desarraigo, la falta de interés, la intolerancia, la indiferencia. El inmigrante “bueno” y “rubio”, que sin tener nada, se esfuerza y lo logra. Y “del otro”, del que no queremos ver, del que no nos importa saber si existe, del que exterminamos en un momento de la historia, pero que en este momento de la misma historia, con otros modos, lo seguimos haciendo. De lo que les cuesta vivir, de lo que les cuesta ser. De llegar al Norte y ser turista, que mira con recelo y toma fotos, y se vuelve a su casa, a mirarlos por televisión, y a “sentir pena” por “ellos”, que no son “nosotros”.
Las culturas originarias viven, piensan, trabajan, festejan, rinden cultos paganos, con una cruz, la colonización.
El documental se enfoca en la resistencia, en la otra cara de la moneda, que es la misma moneda, que es la historia de un país, que tiene muchos matices, y las culturas originarias, así como los inmigrantes son algunos de ellos.
Razón por la cual, en vista de las críticas de los espectadores, el documental suscita por un lado admiración, por el otro, polémica. Lo que no significa diversidad, sino lisa y llanamente dicotomía, lo usual, lo de siempre, más de lo mismo, Argentina.

Un camino cultural

Río Arriba es una película documental que trata sobre el viaje de Ulises, el narrador y protagonista del film, por el norte Argentino particularmente la zona de Iruya.


El motivo del viaje es el de llevar a cabo los mismos pasos que su antepasado en un ingenio azucarero y tratar de investigar cómo se vivía en aquella época y qué era de las personas luego de haber trabajado allí.

Al emprender el viaje Ulises se ve identificado con su antepasado, lo recuerda, lo admira. Pronto comienza a enterarse, mediante la charla con los nativos, de los perjuicios que había ocasionado el ingenio y de la lamentable situación que había dejado el tiempo en esos lugares. Le comentan sobre unas terrazas de cultivo en las áridas tierras montañosas, abandonadas durante la estadía en el ingenio de los campesinos.

En el camino el protagonista se va encontrando con habitantes de esas zonas y habla con ellos, le cuentan sus historias familiares, lis mitos s que había dentro del ingenio como por ejemplo el “familiar” que era una criatura que comía a los trabajadores de la cosecha como ofrenda a la tierra (con la “casualidad” que eran aquellos obreros más rebeldes) y las fantasías creadas respecto a la ciudad y a éxito que creen van a tener los jóvenes en esos pagos.

Poco a poco este cronista va cambiando su postura y se ve a si mismo cada vez mas lejano a ese antepasado en un principio tan igual a el. Prefiere no pensar en el, al mismo tiempo se da cuenta que tampoco se parece a esos campesinos que encuentra junto al camino, ya que son poseedores de otra cultura, otras tradiciones y sobre todo de otra manera de vivir. La terrazas de cultivo antes mencionadas, eran pasadas de generación en generación y enseñado el oficio de padres a hijos, pero la irrupción del ingenio es sus vidas los alejó de esa vida y los llevó al abandono de sus propiedades provocando la pérdida de su motor de subsistencia y a la vez despojándolos de esas tradiciones.

Posiblemente los pueblos originarios sean los más invadidos culturalmente, de todos modos ellos tratan de conservar sus tradiciones o ritos enseñándoles a los más pequeños la importancia de los mismos.
Este documental da la posibilidad de otro tipo de consumo cultural, a la mano de varios sectores sociales por el tipo de discurso que utiliza.

Magui


Magritte
Quizás algún día podamos llegar al cielo...














Magui

domingo, 25 de mayo de 2008

Soy la primera!

Bueno en este humilde acto voy a realizar la firma de bautismo de este blog! para dar inicio a firmas futuras
Como siempre de corazón bienvenidos!!! (sólo para entendidos)
Magui