jueves, 29 de mayo de 2008

BoluHeroe

Batata era indudablemente el símbolo del barrio de Florida, era querido por grandes y chicos. A lo largo del tiempo había demostrado su fortaleza y su poderío siempre en vías de defender a su tierra natal. Entre sus logros más recordados se hallaban los años de lucha frente los Menemeus Riojanus, aquellas aves de rapiña que engañaron a la sociedad ofreciendo a los habitantes un equipamiento tecnológico de sus viviendas por un costo ínfimo a base de instrumentos que ellos mismos traerían volando de las ciudades más importantes y ricas. Batata nunca confió en estas promesas y no estuvo errado ya que a los pocos meses comenzaron a llegar algunos de los elementos prometidos como también llegaron miembros de estas sociedades ricas, los pilaranos que a base de sumas muy bajas y exceso de convencimiento pretendían apropiarse de pedazos de tierra céntricos. Larga fue la lucha pero finalmente Batata y su filosa hacha lograron desterrar a los Menemeus Riojanus y así reforzar el respeto que todos le otorgaban. Otro de los momentos recordados entre los habitantes fue aquella lucha contra los pequeños monstruitos narigones, los Delaruis que intentaron inmersos por distintas partes de la cuidad hipnotizar a los habitantes para así dominarlos. Su método era el de mediante el habla lenta y la falta de entendimiento que parecían tener ante cualquier situación, confundir a los habitantes para así someterlos a su dictadura. Una vez más, el consagrado Batata se alzó entre los grandes y con hacha en mano decapitó a todo Delaruis que se cruzara en su camino sin intercambiar apenas una palabra para no caer en su juego. Una vez más, Batata logró proteger a su pueblo de los intrusos que día a día buscaban la forma de conquistarlos. Florida era un pueblo muy precioso, sin malhechores ya que Batata se ocupaba de ellos, poco ruidoso y por sobre todas las cosas, con un suelo muy fértil, motivo por el cual, casi constantemente era invadido, aunque casi todos los invasores terminaban por morir en el intento.



A pesar de todo, los últimos tiempos habían sido sospechosamente tranquilos, Casi no había habitantes nuevos y aquellos que llegaban no demostraban ningún tipo de intenciones más que disfrutar de la tranquilidad y la belleza de Florida. Sin embargo había algo que preocupaba a Batata y era el exceso de ausencia de sus vecinos, los cuales históricamente intentaron apropiarse de su ciudad. Ellos eran los Kirchnesaurios, quienes ya tenían bajo su dominio a Olivos, el barrio vecino a Florida y otro de los pretendidos por todas las sociedades existentes. No pasaban más de dos meses antes de que se repitiese otro acecho por parte de los Kirchnesaurios buscando apropiarse así de todo el sector norte de la provincia. Uno de los atributos de Batata era ese poder de intuición que siempre lo había caracterizado a lo largo de su vida y una vez más no se equivocaría. Una tarde mientras afilaba su poderosa hacha, su madre Vilmacides llegó para comentarle que su hermana y su amada no se encontraban en la ciudad. Ambas habían salido juntas hacía algunas horas para que su cría de dragón comenzara a conocer la ciudad, pero no regresaban aún y nadie las había vuelto a ver. Fue allí cuando Batata se tomo unos minutos para pensar, y no dudo en que sus vecinos estarían involucrados en esto. Fue en ese preciso momento que se evacuaron las dudas ya que desde las alturas, la mayor de las mujeres de la familia Kirchnesaurio, Kristinades, descendió de las alturas a gran velocidad sonriendo como si tuviese algo entre manos.-¿Dónde están mis mujeres? No tardó en preguntar Batata
-Ellas están a salvo joven, no preocupéis. Seré concreta en esta oportunidad y si te comportáis como debes no habrá ningún problema.
-¿Qué pretendes de mi Kristinades?
-Si quieres recuperar tus mujeres solo deberás pasar un obstáculo. Deberás ir de a pié hasta la tenebrosa ciudad de Boulognedus y allí estará esperándote nuestro mejor hombre con vuestras dos


mujeres. Si lo vences y vuelves con vida, os prometo no volver a intentar poseer esta tierra ni volvéis a molestaros. De lo contrario, Florida será por siempre mía y solo mía.
-Yo haré lo que vosotros pedís, pero cuando este de regreso aquí no quiero verte nunca mas en las cercanías de mi Florida querida. ¿Entendiste Kristinades? Gritó Batata
-Jamás volverás, replicó Kristinades y desapareció mágicamente, tal cual lo hizo cuando logró el mandato de su ciudad.
Batata no tardó en recoger su escudo y su hacha, y algunas cuchillas aunque estaría seguro que no las necesitaría. Llamó a cubidos, su perro de tres cabezas y comenzó su larga caminata. Su viaje hasta la cuidad la ciudad de Boulognedus no era realmente largo en kilómetros, pero no sería tranquilo ya que en el camino debería enfrentarse con las especies salvajes que habitaban las otras ciudades, como también con alguna criatura que seguramente Kristinades le enviaría para detenerlo. Nada de esto importaba para Batata que siguió camino. Enfrentó una gran tormenta durante el primer día que lo obligo a detener debajo de un plátano, Cuando los fuertes vientos calmaron y las ramas de los árboles dejaron de volar como cuchillas asesinas producto de los fuertes vientos, Batata continuó con su caminata que al poco tiempo se vio interrumpida por una señora muy anciana que estaba acostada en el piso y le pedía por favor que la ayude que estaba muy dolorida. Batata se acerco sin dudarlo y antes de poder tomarla del brazo recibió un zarpazo que lo revoleo unos cuantos metros. No había ninguna anciana, allí estaba el conocido D´eliados, uno de los soldados de los Kirchnesaurios que había tomado la forma de la anciana para poder detener a Batata. Nuevamente de pie y con hacha en mano, Batata comenzó con la primera batalla, esquivando los pollos de fuego que desde la barriga le escupía D´eliados sin cesar. Comenzó a correr a lo largo del territorio, esquivando pollos y tratando de esconderse de la bestia que dado a su


gigantesco porte y peso, no podía virar para seguirlo. Ubicado por debajo de una planta de naranjos, optó por lanzarle uno a la criatura que seguramente no lo desmayaría pero si lo distraería cuando intentara pelarlo para deglutirlo como todo lo que se hacia a su paso. No pasó un minuto hasta que la bestia se sentara a pelar el naranjo tal cual Batata lo había planeado, y fue ahí cuando silenciosamente y desde atrás, nuestro héroe insertó en la cabeza de la bestia su hacha y así concluyo con el primer obstáculo de si viaje.
No había descanso para Batata que continuó caminando día y noche, guiado solamente por la luna y durmiendo tan solo unos minutos por cada dos o tres días.
Mientras tanto en Florida, Kristinades había decidido no enviar más de sus soldados a interponerse en el trazo que le faltaba recorrer a Batata. Estaba segura que su carta de triunfo no fallaría una vez enfrentados en Boulognedus. Su carta de triunfo era Nestoras, una criatura de 3 metros de alto, claramente bizca que cuando se movía roseaba con su baba de fuego todo lo que estaba a su alcance. Su nariz filosa liquidaba a sus presas y su fealdad molestaba la vista de cualquier contrincante. Esta bestia, producto de un hechizo de la hija menor de los Kirchnesaurios estaba a la dulce esperaba de Batata para terminar con él y así lograr el tan esperado dominio de toda la franja norteña.
La llegada de Batata no se hizo esperar, minutos antes de cumplirse los 4 días de viaje, en la oscuridad de la noche de Boulognedus, el joven arrib y no tardó en divisar a su esposa y a su hermana, atadas a una enorme palmera.
-¡Por fin! Había comenzado a pensar que habías muerto en el camino. Exclamó Nestoras arrojando su fogosa baba.
-Te equivocas nuevamente, aquí estoy para enfrentarte. En ese mismo momento, saco su filosa hacha y revoleo una de sus cuchillas en perfecta dirección a la cara del gigante quien detuvo la cuchilla con la nariz y la devoró como quien devora una miga sobre la mesa.
-¿Así piensas derrotarme Batata podrida? Prepárate a morir, exclamo Nestoras y allí se dio comienzo a la batalla quizás más importante en la vida de nuestro héroe.
Mientras babas de fuego y cuchillos volaban en todas direcciones, todos en Florida estaban reunidos en la plaza principal junto con el brujo de la ciudad quien iba relatando lo que ocurría en el lejano Boulognedus. Los síntomas no eran alentadores para Batata quien estaba gravemente herido por distintas partes del cuerpo y altamente quemado, así que decidió con la poca fuerza que le quedaba repetir la maniobra que había dado sus frutos en el combate con D´eliados y se oculto esta vez detrás de una palmera para pensar que hacer. Físicamente era imposible que Batata triunfara, debía ocurrírsele algo rápidamente para vencer a Nestoras sino todo estaría acabado. Una sola forma encontró el para terminar con este ser, y esta vez no sería su fuerza bruta sino su astucia lo que únicamente lo podía salvar. A fuerza de saliva sacó brillo a su hacha con un trozo de tela que era lo que quedaba de su vestimenta. Frotó y frotó lo mas que pudo ya que Nestoras se acercaba a pasos agigantados, Cuando se encontró en peligro se trasladó hasta otro sitio y se ubico por detrás de la bestia que no cesaba su búsqueda. Un instante lo separaba de la hazaña y no dudo, no había otra salida. Ubicó su hacha en frente de su cara y gritó lo más fuerte que pudo:
-Aquí estoy Nestoras.
La bestia giró y todo ocurrió como Batata lo planeó. El espejismo producido por el hacha permitió que la bestia pudiese verse, y tal fue el susto que le produjo que quedo seco. Tan solo un soplido bastó para tumbar a Nestoras cuyo corazón no soportó semejante espectáculo y así murió.



Todo parecía haber finalizado. Ya liberadas las mujeres, los tres caminaban de regreso a Florida disfrutando volver a estar juntos hasta que sorpresivamente Batata detuvo su marcha y se tomó el estomago, gritando de dolor. Su mujer y hermana lo consolaban pero este no mejoraba y minuto a minuto comenzaba a perder color. En un segundo el cielo se oscureció por completo y las nubes blancas se acomodaron para formar una frase que todos alcanzaron a leer:
EL HEROE HA LLEGADO A SU META NO GRACIAS A HABERSE SOMETIDO A TODAS LAS PRUEBAS SINO POR MEDIO DE LA VIOLENCIA O LA SUERTE Y LAS FUERZAS QUE HA DESEQUILIBRADO REACCIONAN DURAMENTE Y LO CASTIGAN DE FORMA EXTERNA O INTERNA.

H.M

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